miércoles, 19 de noviembre de 2014

“LA HISTORIA DEL HELECHO Y EL BAMBÚ”


Se cuenta que una persona cansada de luchar decidió darse por vencida. Renunció a su trabajo, a sus relaciones, incluso a su espiritualidad. Quería renunciar a su vida. Se fue al bosque para tener una última charla con Dios.
Llegando le preguntó a Dios: “¿Podrías darme una buena razón, para no darme por vencido?”
La respuesta le sorprendió: “Mira a tu alrededor: ¿Ves el helecho y el bambú?” Respondió que sí.
“Cuando sembré las semillas del helecho y el bambú, las cuidé muy bien. Les di luz, les di agua. El helecho rápidamente creció. Su verde brillante cubría el suelo. Pero nada salió de la semilla del bambú. Sin embargo no renuncié al bambú. En el segundo año, el helecho creció más brillante y abundante. Y nuevamente, nada creció de la semilla de bambú. Pero no renuncié al bambú. En el tercer y cuarto año, aún nada brotó de la semilla de bambú. Pero no renuncié. En el quinto año, nuevamente, nada salió de la semilla de bambú. No renuncié. Luego en el sexto nada, hasta el séptimo año, un pequeño brote salió de la tierra. En comparación con el helecho, era aparentemente muy pequeño e insignificante. Pero sólo seis meses después, el bambú creció, más de 100 pies de altura.
¿Tardó seis meses en crecer? No. La verdad es que se tomó siete años y seis meses en desarrollarse. Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces que le permitirían sostener el crecimiento que iba a tener después. Aquellas raíces lo hicieron fuerte y le dieron lo que necesitaba para sobrevivir.
Dios le dijo: “No le daría a ninguna de mis creaciones un reto que no pudiera sobrellevar. ¿Sabías que todo este tiempo, que has estado luchando, realmente has estado echando raíces? Si no renuncié al bambú, nunca renunciaré a ti. No te compares con otros: El bambú tenía un propósito diferente al del helecho, sin embargo ambos eran necesarios y hacen del bosque un lugar hermoso.
La invitación es a mirar la materialización de tu triunfo como un proceso que requiere tiempo y dedicación. Y las preguntas que te regalo son: ¿Cuán alto elijes crecer? ¿Quién necesitas  SER para lograrlo?

Saludos cordiales!
María del Carmen Vega
Master Coach Profesional de AAPC
Directora Ejecutiva Bienestar Coaching
www.bienestarcoaching.com.ar

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